Universo Playero

Con permiso del autor y amigo Pablo os dejo un comentario digno de publicar en primera plana y me permito añadir imagen simbólica.

Ya me estaba dilatando mucho a la hora de escribir una entradita en este blog. Una vez que he comprobado la buena aceptación que tiene, me parece que voy a dar mi visión un tanto etérea (propio de mí) acerca de nuestras andanzas tenisplayeras. Y, por darle un título a este artículo, démosle el de "Universo Playero".

Perdido en los eones y en las inmensidades siderales, se dice que se ha visto la cegadora aparición de un nuevo cúmulo de conciencias dedicadas a la práctica de una modalidad deportiva.
Lo curioso de esta extraña forma de intercambio de energías radica en que posee todos los ingredientes básicos para la conformación de un nuevo universo consciente y autónomo.
La energía la obtiene de la pasión de unos abnegados practicantes que ya han crecido tanto que ya conforman una "masa crítica" que les otorga un tamaño y una fuerza gravitatoria que atrae sin cesar nuev@s practicantes. La luz, que no les falta, la obtienen de una estrella llamada Sol, mientras que el espacio se encuentra en un lugar que lo ofrece todo: la playa de Las Canteras. En ella, el tiempo pasa de otra manera, al ritmo pausado y pacífico que marcan sus puestas de sol.
Con todos estos ingredientes, ¿cómo no se iba a formar un cohesionado grupo de practicantes que, a pesar de conocerse hace poco, se sintieran algo más que compañeros y contrincantes de juego?
Pues todo eso y mucho más se puede experimentar numerosas tardes en nuestra querida playa de Las Canteras. Al tiempo que los jugadores afinan un poco más sus golpes y tácticas de juego, van profundizando también en la relación amistosa con otras personas.
Es extraño, pero a veces se tiene la sensación de que deportes como el tenis playa parecen predestinados a juntar a la gente amable y divertida que saben lo que es la buena vida y aportar lo bueno que llevan dentro en cada situación.
Todavía estamos empezando, pero seguramente quede mucho y bueno por llegar, porque aquí cada cual aporta lo mejor que tiene: a sí mismo.

Bueno amig@s, que sigamos disfrutando. Hasta la próxima.
Pablo Vega